

La Historia del Real Guillon Football Club
TIERRAS DE LEONES
CUENTO FUTBOLERO POR ÁNGEL SEBASTIÁN RAMIA. ILUSTRACIÓN DE KARLO LOTTERSBERGER.
www.escritosalprimeramor.blogspot.com.ar www.belgranodecordoba.net
El deporte más popular y la literatura comulgan una vez más. Pero en esta ocasión ambos juegan de local: un joven escritor cordobés hincha del pirata celeste se suma a la movida cultural del club de sus amores y le regala su primer libro: Devuelvan la pelota.
Aquí presentamos uno de sus cuentos, particularmente concentrado en el barrio con el que la institución social y deportiva vive una simbiosis. no de mis primeros recuerdos, una de las primeras fotografías de mi vida, es la de mi abuelo agarrándome la mano, abriéndose paso entre una multitud celeste. Caminábamos, seguramente, por Arturo Orgaz, La Rioja, Colón o Hualfin. Desde abajo veo la marea, el brazo de mi abuelo, la camisa a mangas cortas, las cinturas de las gentes, el agua servida, las calles rotas, los papeles. No recuerdo ni el partido, ni la cancha, ni nada. Deambula en mi memoria la imagen de ese brazo sabio, esa mano gigante, esa sensación indescriptible de sentir que mi abuelo me estaba llevando por el camino de la historia, agarrados de la mano, mostrándome cuál era el horizonte. Algo así le habrá pasado a tantos.
Quizás los abuelos fueran tíos o padres y la cancha una playa, un bosque, el atardecer o la plenitud de la llanura. Desconozco las sensaciones exactas, pero quiero creer que a Manuel Belgrano le latía el corazón muy fuerte en aquellos días de insignia patria, de cielo celeste, blanco y celeste, sol radiante y viento cá- lido. Luchador de una patria hoy perdida, confundida, dada vuelta, Belgrano imaginó el país que hoy existe en cuentos y manuales escolares. Ahí va el prócer argentino, liberando tierras, cortejando a cuanta señorita se le cruce en el camino, levantando la espada para que nunca más haya que levantarlas, llevando de la mano a miles. Algunos años más tarde, los ilustrados se debaten el comienzo de una historia. Ellos son los protagonistas exclusivos de lo que podemos ser. Buscan, entre ilusiones, convicciones, mentiras, miedos, dolores y alegrías, la letra capital, el primer párrafo del país, las primeras letras, las leyes de la historia. Alberdi, que escribía bastante bien, culmina su novela, su libro más famoso.
Se presenta ante todos y les dice: “La terminé”. Alguien levanta la mano y le pregunta por el título de la obra. Alberdi responde: “Las Bases”. Otro le retruca que queda mejor “Constitución Argentina”. Y el resto es futuro. Décadas después comenzaba a crecer de manera desordenada, caprichosa y orgullosa, una barriada cordobesa. La gente fue apilando casas, historia e historias, marcando a fuego las calles y los pasajes con presencia. El barrio pasa a llamarse Alberdi y cada vecino es prócer de su tierra. Gardel, que no conoce de tiempos ni de muertes, canta como los dioses: “¿Qué me van a hablar de amor?”. De la misma manera, el barrio siente y canta: “¿Qué me van a hablar a mí de calles y ochavas?”. Es que las casas se comen las veredas, las veredas a las calles y que el resto se las arregle, que los autos y carros esperen. Este es un barrio de gente y la gente es el barrio. Casi en la misma época, nace el Club Atlético Belgrano y el cielo de Alberdi será para siempre celeste. Ahí van los dos, agarrados de la mano, como mi abuelo y yo. Club y barrio, abrazando a todo un pueblo cordobés. Los años pasan, la historia se precipita a los presentes. El barrio se llena de próceres que hacen lo que u 42 1-76 LaCentral 18-OK_43-asamplers.qxd 01/06/2012 13:11 Página 42 hacen los héroes: reformas universitarias, zamba y chacarera, cordobazos por todos lados. También se construyen ilusiones y un buen día emerge un Gigante. Las tribunas llenan de luz y de sombra un pedazo de las calles. Arturo Orgaz mira, junto a otros soñadores, la construcción de las primeras gradas. Son apenas unos jóvenes con ganas, pero ya están haciendo patria por su propia cuenta. Y la cancha, cada año, se va haciendo más y más gigante. Para no ser menos, casi pegada, se levanta la Cervecería Córdoba donde miles de trabajadores llenan las veredas con sentido, y los bolsillos con dignidad. Doscientos años atrás el país empezaba a respirar y se hacía necesario construir mitos, héroes, batallas históricas, símbolos, referencias de hermandad. Belgrano y Alberdi logran hacerse un lugar en las hojas amarillentas de todo manual. Aparecen en los billetes, en las calles y avenidas, en pueblos, clubes, instituciones y comercios. Y todo va sucediendo de esa manera en todas las escalas. Una vez que Alberdi es barrio cordobés, florecen los próceres comunes. Deambulan los folcloristas, los utileros del club, las doñas, los pibes, los estudiantes, los goleadores y los cuentistas. Todos se mezclan; todos son todo. Las historias están a la vuelta de la esquina. Las lleva el viento, que no conoce de límites. Dicen que desde arriba, Belgrano y Alberdi miran todo; que discuten cuál de los dos es más importante, cuál de los dos es más prócer. Apelan, uno y otro, a sus logros. Dicen que por detrás se asoma un tal Rodrigo y saca pecho de sus canciones, de sus pasiones, de su vida y de su post vida. Dicen que todos se animan a ser grandes. Que en medio de la discusión acalorada aparece un tal Julio y les tira en la cara algo como “Todo muy bien con la escarapela y la constitución, pero ustedes no le metieron un gol a Quilmes en la promoción; ustedes no salvaron del descenso a todos los hinchas”. Dicen que todos se quedan callados, hasta que aparece un tal Luis Fabián; y saca una libretita con todas las felicidades que dio. Y así, van desfilando uno por uno, desde ese tal Cristóbal Colón, hasta la Milonguita, también el que vende garrafas de gas, el Tito Cuellar, el de la cerveza fría, la Chacha Villagra, los tiradores de piedras del 69 y los goleadores del 68, la lunita de Alberdi, la vieja de los mates dulces, los médicos del clínicas, los enfermos del clínicas, los que cuidan motos, los que caminan, se tropiezan y vuelven a caminar.
Todos. Héroes, por robarle las tristezas a la gente. Alberdi y Belgrano son Córdoba, con su correspondiente “y viceversa”. Camino por una calle que es quizás la misma, tratando de no olvidar e imaginando quién agarrará mi mano para cerrar el círculo de mi historia, que es la de todos. Nace el Club Atlético Belgrano y el cielo de Alberdi será para siempre celeste. Ahí van los dos, agarrados de la mano, como mi abuelo y yo. 1-76 LaCentral 18-OK_43-asamplers.qxd 01/06/2012 13:11 Página 43 BELGRANO DA LETRA POR CARLA FERNÁNDEZ. Si bien en los últimos años se han sucedido distintas actividades culturales en torno al Club Atlético Belgrano, recién cuando dejó de ser una empresa privada –en julio de 2011– y volvió a ser el club de barrio que reclamaba Alberdi, desde la institución asumieron la posibilidad de devolverle el carácter social y cultural que se respiraba antaño. Las plaquetas literarias Escritos al primer amor fueron el puntapié inicial para que cada actividad dejara de ser una a las perdidas y conformar un programa a largo plazo. “Este proyecto nace como un regalo de los hinchas para los hinchas, así de simple”, cuenta Ángel Sebastián Ramia, conocido por todos como El Gringo. Ramia se lanzó junto a Pablo Rodríguez y Martín Cardo a la tarea de coordinar, diseñar, producir y distribuir las plaquetas en cada partido: “Repartimos 5000 ejemplares por partido durante 12 fechas. Eso son 60 mil historias, cuentos, relatos, anécdotas, sensaciones, barrio, fútbol, Belgrano, Alberdi y su gente. Fue una experiencia de comunicación popular única en Córdoba. Fue una ruptura ubicar literatura dentro de un espacio estigmatizado como lo es una tribuna”, reconoció Ramia al recordar la acción que realizaron durante todo el año pasado. Si bien este hecho fue gestado por tres personas, la tríada reconoce también el empuje y la colaboración desinteresada de los escritores y artistas que participaron en él, además del acompañamiento del club que, “gracias a la gestión de Cecilia Montenegro, se hizo cargo de los gastos de impresión”. La misma Cecilia, en nombre de la institución, reconoció que Escritos al primer amor inauguró un programa de trabajo de “los hinchas para los hinchas”, ya que a partir de eso, y del proceso institucional que vive Belgrano, se pusieron en marcha acciones tales como la apertura de una biblioteca propia, la recuperación de La Casona –un espacio que pertenecía a los primeros pobladores del barrio y que hoy alberga actividades culturales y barriales– y la articulación de proyectos de extensión universitaria, entre otras. En línea con esta realidad, y en continuidad con los Escritos al primer amor, hace pocos meses vio la luz Devuelvan la pelota, el libro del Gringo Ramia. En un galpón caluroso frente a la Cañada que, como tantos otros sitios cercanos al Paseo de las Artes, se convirtió en espacio cultural, y bajo la mirada solemne de un tendal de camisetas de fútbol como ornamento, este libro le fue legado al lector, pero sobre todo al hincha. “Devuelvan la pelota es amigo, hermano, primo y padre de aquellas plaquetas por mi condición de hincha de Belgrano –reconoce Seba Ramia–. Siempre me costó escribir sobre mi club, sobre mi pasión máxima, porque siempre sentía que las palabras nunca iban a estar a la altura de mis expectativas y mucho menos de las expectativas de la gente. Cuando uno escribe sobre lo que ama, escribe también para otros, para los que te van a leer. Con Belgrano siempre fue así”. “Cuando uno habla de esa pasión compartida, quiere que sea justa para todos los hinchas. Es raro, es difícil, es único, pero es así. Cuando se habla de fútbol, no hay con qué darle”, remata el autor. tripledoblevé www.escritosalprimeramor.blogspot.com.ar www.belgranodecordoba.net

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